Tiempo atrás se creía que en el cerebro no se podían generar nuevas neuronas. Por el contrario, se tenía entendido que con el pasar de los años se degeneraban.
Así que gracias a una serie de experimentos de la bióloga de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) Marian Diamond, se evidenció en 1964 que el cerebro adulto era plástico y adaptativo.
El estudio científico fue de los primeros en los que se logró identificar qué factores afectaban el desarrollo, crecimiento de las neuronas y el cerebro.
Ese estudio fue pionero en identificar cómo las características del entorno afectaban directamente al desarrollo y crecimiento cerebral.
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El ejercicio físico y su relación directa con la regeneración de neuronas:
Indiscutiblemente, los diversos estudios científicos arrojaron que la buena alimentación, la actividad cognitiva variada, el ambiente social y por supuesto el ejercicio, son factores que favorecen el fenómeno,
Enfoquémonos en ejercicio:
Sin lugar a dudas, el ejercicio físico trae consigo cientos de beneficios, los cuales se han comprobado que puede contribuir a la generación de neuronas, así como en la reparación directa de daños neuronales.
Con los años, la neurogénesis disminuye gradualmente, pero el proceso no se detiene ni durante la vejez. Los factores neurotróficos ayudan a estimular y controlar este proceso, siendo el BDNF el más importante.
Entre 700 y 1.500 nuevas por día
Eso es especialmente cierto en el giro dentado del hipocampo, a pesar de que hay otras regiones cerebrales que también producen nuevas células cerebrales.
Hace poco, un equipo de investigación de la Universidad de Harvard, liderado por Rudolph Tanzi, encontró que el hipocampo puede producir entre 700 y 1.500 nuevas neuronas cada día.
uizás esto pueda no parecer mucho si tenemos en cuenta la vasta galaxia de neuronas que poseemos, pero incluso este pequeño número tiene valor, ya que mantiene activas muchas conexiones neurales ya existentes.
Así, si bien la mayoría de los cerebros puede desarrollar nuevas células, el objetivo de la ciencia ahora es encontrar las mejores maneras de hacerlo.
La idea sería que, si se puede aumentar el número de neuronas aún más a través de la neurogénesis, se podría intensificar la función principal del hipocampo y mejorar la forma en que las personas aprenden nueva información y acceden a la memoria a corto y largo plazo.
Los resultados de este estudio respaldan el vínculo entre ejercicio y neurogénesis están estrechamente relacionados.
Pues el ejercicio consigue acelerar la maduración de células madre a células adultas totalmente funcionales y fomenta el principal mecanismo celular existente para el aprendizaje y la memoria, denominado aprendizaje a largo plazo. Todos estos elementos son clave para fomentar el aprendizaje y la memoria.
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Aunque estos hallazgos provienen de estudios en animales, las personas podrían obtener los mismos beneficios cerebrales a través del ejercicio aeróbico. En este momento, no hay sustituto para el ejercicio regular para ayudar con la neurogénesis.
No obstante, no está claro qué tipo de ejercicio aeróbico funciona mejor, ni cuánto tiempo y cuánto es suficiente. Existen datos que sugieren entre 120 y 150 minutos recomendados de ejercicio de intensidad moderada por semana.
Estudios apuntan a la natación como uno de los deportes más completos. Promueve un claro beneficio cognitivo (mejoras en procesos atencionales, flexibilidad cognitiva, memoria) tanto en jóvenes como en personas mayores.
No obstante, cualquier ejercicio físico que aumente la frecuencia cardíaca, como usar usar una cinta de correr, andar en bicicleta o caminar con fuerza, son ideales. El cerebro en movimiento aprende más rápido.
Fuente: BBC
Por: Manuela Hoyos