Para tener una vida sana y plena debemos tener un cerebro activo. A medida que pasa el tiempo y los años comienzan a tener peso, la memoria empieza a fallar; ese número telefónico que se nos olvida, la palabra que queremos decir pero no recordamos, la parte de la oración que “se nos va “, la dirección que ya no recordamos con facilidad, etc.
La memoria, la atención y concentración se ven afectados con el paso del tiempo; afortunadamente la neurociencia nos suministra un entrenamiento cognitivo para tener una salud plena.


Aquí van unos ejercicios:
Escuchar música 8D, también conocida como música envolvente a ambiente.
El día de la mano no dominante: un día a la semana utilizaremos la mano que habitualmente no usamos, es decir, si somos diestros nos volveremos zurdos y viceversa. Esta actividad facilita el cruce de los hemisferios cerebrales e incrementa la reserva cognitiva.
Leer en voz alta enciende nuestras rutas neuronales, se recomienda hacerlo una vez por semana.
Hacer algo que nos incomoda ayudará a esforzar nuestra mente, caer en zonas de confort totales no siempre es bueno.
Vendarse los ojos y trabajar con el olfato reconociendo aromas, abrirá nuestras conexiones neuronales.
Jugar o hacer deporte también activa el cerebro.
Coordinación óculo-manual: consiste en utilizar materiales moldeables como plastilinas para crear formas y así establecer una conexión de los ojos con las manos.
Retar la atención, puede ser encontrar las diferencias entre dos imágenes, muy habitual en libros, tener memoria fotográfica, por ejemplo, mirando lo que lleva la gente alrededor, cerrar los ojos y recordar los detalles de lo que acabamos de observar.
Mantener un nivel cognitivo óptimo es sinónimo de buena salud.
Por: Juan Camilo Alzate A.
