Ayer jueves 16 de septiembre el gobierno de Italia decretó, que se exigirá el carné de vacunación con mínimo una de las dosis aplicadas contra el COVID-19, que recién hayan salido de la enfermedad o que cuente con “el pase verde” a todas las personas para ir a trabajar.
En caso de no contar con la vacuna o no poder acceder a ella, el trabajador debe someterse a una prueba diagnóstica, que debe salir negativa y debe realizarse cada 2 días, para que le den el “pase verde”.
La medida que tomó Italia es una novedad y hace parte de las más estrictas en el mundo.
En Estados Unidos, la vacunación es exigencia para los empleados públicos, y trabajadores de grandes compañías, también en Tayikistán y Turkmenistán también tiene como obligación la vacunación para los mayores de 18 años.
Sin embargo, para los italianos la medida es más estricta porque afecta a todos los empleados de todos los sectores, hasta quienes son autónomos y se deben movilizar fuera de su domicilio.
Esta se hace con el fin de impulsar la vacunación por la afectación que ha tenido este país frente al virus, porque quienes no presenten este carné o lo falsifiquen tendrán una multa de 1.500 euros, la suspensión de su empleo y sueldo, pero no despedidos.
El ministro de Salud, Roberto Speranza, indicó, que estas nuevas normas ayudaran a aumentar la seguridad y que haya más personas vacunadas.
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La mayoría de los italianos están a favor de la vacunación, ya un 65 % lo han hecho, sin embargo, las infecciones siguen aumentando, sobre todo con la variante delta.
En la Unión Europea, inicio el pase verde, para que las personas pudieran movilizarse con más tranquilidad, pero desde eso, cada país ha implementado requisitos, de que deben tenerlo para ingresar a ciertas zonas.
Finalmente, el ministro de Administraciones Públicas de Italia, Renato Bruneta, expuso, que el país busca enfrentar el invierno en unas condiciones que den seguridad, de que no volverá a haber cierre por otra pandemia a causa de este virus.
