Khaled al Asaad era considerado uno de los arqueólogos de antigüedades más importantes de Siria, sin embargo, el autodenominado Estado Islámico, lo decapitó en el año 2015 y su cuerpo apareció colgado de una de las columnas de la histórica ciudad de Palmira, de la que el arqueólogo había estado a cargo.
Al Asaad, de 82 años, fue tomado a la fuerza como rehén por el grupo extremista del Estado Islámico después de haber ingreso a principios de año a la antigua ciudad, clasificada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Según el director de antigüedades de Siria, Maamoun Abdulkarim, el arqueólogo fue decapitado por EI del Estado Islámico, el 18 de agosto de 2015.
Desde el primer instante en el que ese grupo de extremistas ingresó a Palmira, los habitantes estaban desconcertados porque al parecer, destruirían los reconocidos sitios arqueológicos en Irak de una de las ciudades más importantes de esta nación.
También puedes leer: Estas son las 29 prohibiciones de los talibanes a las mujeres en Afganistán
¿Quién era Asaad?
Era uno de los arqueólogos más expertos en Antigüedades, por lo tanto, trabajaba en el Departamento de dicha sección en Siria.
Su extraordinario conocimiento sobre las joyas y tesoros escondidos de la zona, pusieron en peligro su vida, pues El quería sacar información sobre la ubicación exacta de los tesoros, pero Khaled se negó a decirles.
El ingenio del arqueólogo le permitieron escribir dos libros científicos bastante reconocidos: «Las Escrituras de Palmira» y «Zenobia, la Reina de Palmira y el Oriente».
También descubrió varios cementerios y cuevas antiguas, entre ellos un cementerio bizantino en el jardin del Museo de Palmira, indicó SANA.
Un mal presentimiento:
El día que sucedió la decapitación, anunciaron a sus familiares que el cuerpo del profesional colgaba en la columna principal de la plaza de Palmira.
Muchas personas querían a uno de los arqueólgos más destacados, por su excelente trabajo con la comunidad y los importantes hallazgos a nivel científico.
Cada vez que un grupo extremista, como el Estado Islámico, se apodera de las ciudades, cae una maldición inmediata; la muerte, la ruina y el miedo se apoderan del lugar.
Por: Manuela Hoyos